Viaje al corazón del Basso Piemonte, cuando las Langhe adoptaron a Gabo Márquez 

El Bajo Piamonte, ancho territorio de la homónima región italiana, compuesto por las subregiones de Montferrato, Langhe y Roero, tierras de tormentada historia y medio ambiente muy particular, rico en biodiversidad, acaba de festejar, el pasado 22 de junio, su noveno cumpleaños como Patrimonio UNESCO. Esas comarcas de colinas de relieve accidentado, es un territorio de viñedos, avellanas y bosques, donde, viajando, se divisa la Cordillera Alpina Occidental y las alturas lindantes con la Costa Lígur.

A menudo ocurre que las inspiraciones de los grandes artistas y escritores nazcan lejos de sus países de origen: nuevos escenarios, nueva gente, otras lenguas no sólo añaden nuevos aportes a la creatividad de los autores, sino también les proporcionan miradas diversas a los recuerdos y experiencias de sus propias tierras.

Hace tiempo que esas colinas de Bajo Piamonte, guardadas por peñas, castillos y lejanas montañas nevadas conservan la memoria de la secreta estancia de Gabriel García Márquez, que allí pasó unas vacaciones veraniegas durante unos seis años a partir de 1981. El hotel-fonda “Felicín”, en Monforte d’Alba, población de altura, se convirtió en el paradero (casi) escondido del gran escritor colombiano, quien siempre quiso la misma habitación con vista sobre la encantadora pirámide alpina del Monviso. A los pocos meses de su primera estancia, en 1982, Gabo fue galardonado con el Premio Nobel. Quizás por ello o por la tranquilidad y belleza de los escenarios, García Márquez siguió veraneando allí otros cinco años. Llegaba a Monforte siempre conduciendo el mismo coche, un enorme Ford descapotable con matrícula alemana. En aquella época, el escritor colombiano viajaba frecuentemente, morando entre La Habana, México y Paris. A Italia que, por haber sido periodista y cineasta aprendiz, conocía desde los años ’50 del siglo pasado, volvía sobre todo para sus empeños con las editoriales Feltrinelli y después Mondadori, o por manifestaciones. En la comarca, disfrutaba recorriendo unas largas sendas entre las colinas, alcanzando cumbres y puntos panorámicos. Siempre atento a los placeres de la comida, de la cocina local apreciaba en particular tallarines, ravioli al plin y guiso “brasato”. También seguía escribiendo a mano página tras página, que luego arreglaba con una máquina de escribir Olivetti 22, prestada por los hoteleros, la familia Rocca, compuesta por don Giorgio, doña Rosina y el hijo Nino, entonces adolescente.  Lo que sí García Márquez exigía era discreción y confidencialidad, siempre rechazando ser fotografiado y negándose a toda clase de contacto oficial. Sin embargo nunca le faltó el calor de las tertulias, hablando inglés sobre todo con Giorgio, quien quiso leer sus obras traducidas al italiano y, bromeando, le apodaba “García Lorca”, debido a la asonancia  con el  apellido del gran poeta y dramaturgo andaluz. Muy agradecido, Gabo le sorprendió regalándole la copia de la primera traducción italiana de “Crónica de una muerte anunciada”, con la dédica siguiente: “Giorgio, lo prometido es deuda. I hope you will enjoy”, y firmándose García Lorca.  

Quizás en las lejanías del paisaje langarolo, el novelista colombiano logró concebir y escribir parte de sus sucesivas obras, tales como: “El amor en los tiempos del cólera”(1985) y “Las aventuras de Miguel Littín, clandestino en Chile” (1986), esta última redactada en colaboración con el mencionado y prófugo cineasta chileno

Encajando perfectamente su narrativa en el trasfondo de historia y leyendas, García Márquez construye dimensiones lo bastante verdaderas para incluirnos a todos, en las que vidas y escenarios siguen en continua transformación. Así nacen los ambientes y personajes de sus textos: Macondo, las anónimas aldeas colombianas, los Buendía, el mítico Melquíades, Pietro Crespi, Santiago Nasar, Florentino Ariza. Pero sobre todo destacan las personalidades femeninas: Ursula, Amaranta, Fernanda, Petra Cotes, Ángela Vicario y Fermina Daza, entre otras, mujeres que rechazan con todas sus fuerzas el fatalismo de una vieja y obscura tradición iberoamericana y siguen trabajando y luchando por el porvenir suyo y de sus seres queridos.  

Hasta en nuestros, tormentados “tiempos del cólera” merece la pena redescubrir los mensajes preciosos de este autor y los escenarios del Bajo Piamonte, testigos de extraordinarios acontecimientos históricos, que actuaron como musas inspiradoras para grandes protagonistas.

Nando Pozzoni


Bibliografía y referencias

La presencia de Gabo Márquez en Monforte d’Alba ha sido confirmada por un artículo de Maurizio Crosetti en el diario La Repubblica del 23 de mayo 2021 y, sucesivamente, otros de Luciano Ferraro y Bruno Murialdo (Corriere della Sera, 15/6/2021 y La Stampa, 16/2/2022, respectivamente)

García Márquez, Gabriel: El amor en los tiempos del cólera, Ed. Debolsillo Barcelona, 2003, páginas 495